Más allá del futuro inexistente, de pasos no andados, ni hechos respirados. Una ilusión, una realidad alternativa, donde la catástrofe te asfixia. Sin aire. No respiras. La vida se acelera y coge carrerilla, sin salida, cuesta abajo y sin frenos, condenado a una mentira, a lágrimas de una pesadilla, que te despierta con arritmia. Todo perdido y no ha pasado. Todo roto y sigue intacto. Destrozado, sin poder evitar el desastre, y recibiendo más palos. En el suelo y cansado, palabras que hacen daño, pensamientos que te llevan arrastrando, hasta abajo. Y más abajo. Atrapado, y luchando, por volver. No hay manos, hay daño.

Cansado. Y no he despertado, horas acorralado, pensando, en miles de futuros que no han pasado, para terminar llorando. Es agotador.