Perdí, la batalla contra mí, entonces erguí mi sabor amargo ante el dulce gris, sin saber que decir, callé y miré por ti, y me vi, perdido ante lo que vi… decidí, que el espejo no es para mí, que mis ojos se caerán por su desprecio, y que te quiero a ti… entonces pensé,
Un suspiro muere entre silencios… una mirada se pierde entre la distancia de nuestros cuerpos… un deseo se retiene en la mente… un hecho perdura vivo en mi inconsciente… los ecos mueren y resucitan en mis parpadeos… la gente se detiene y se pierde… y los pasos me hacen avanzar y desviarme de los que
Y la ciudad suelta un suspiro que en vez de aire es fuego que quema tus pensamientos omitidos… yo despierto de mi vida, y ahora tengo que medir mis palabras, medir mis distancias, medir mis colmillos, medir mi alma por si acaso te matan… ya no me importa, y no diré nada, no me importa
Puedo… dejarte atrás escribiendo y tú leyendo… no darte tiempo, al tiempo que escucho una canción, y escribir poseso, de un descontrol de mi cuerpo, escapo como el viento entre rendijas, finas para buscar salidas, y corro más, mucho más… poeta a escondidas, loco en despedidas, observador y saboreador de los pequeños momentos de la
En silencio, hora tras hora, sin movimientos, viendo, como todo se mueve lento fuera, y rápido en mi cabeza… ella piensa en cómo abandonar este cuerpo que lastra, cómo librarse de esta carga, y vagar, por el mundo de la imaginación que nunca se cansa. A veces no salen las palabras y cuando se fuerzan,
El tiempo camina por los versos, mil juegos entre el espejo y tu cuerpo… mil distancias entre tu mirada y mi mirada, miles de besos por el camino y un camino juntos hacia algún lugar… perdidos en el mar de decisiones que nos hacen pensar… seguimos, y seguimos… arduo es nuestro camino… lleno de simbolismos,