Ritual…

Camino del Ambulatorio, mientras bombos y cajas me ausentaban, mi mirada se perdía en el movimiento de la calle, una gorra hace de guardaespaldas, mientras, mal caminaba a sentarme con dificultad en el asiento que se reflejaba en el espejo que el conductor necesita para ver la puerta que atrás estaba.

Me pierdo, el movimiento me deja en blanco, y no siento, pero quiera o no, presiento que estoy pensando, intento concentrarme en algo pero es demasiado… y todo es muy raro, muchas situaciones se juntan, y terminan por dejar un encefalograma plano…

Vuelvo al mundo, bajo del autobus, y camino despacio hacia un lugar donde me deprime estar, mientras «espero» en la sala de espera, veo un par de niños jugar, quito mis cascos «con alas» y los oígo reir y gritar, juegan a saltar de un asiento a otro, y a corretear, descubro mi cabeza, y mis ojos intentan adaptarse a la luz directa…

Apoyo mis codos en mis rodillas y juego con la gorra, mientras pienso que el negro es una mala elección cuando convives con una gata que lo llena todo de pelos, y espero, porque he llegado demasiado temprano. De repente veo que uno de los niños corre con su madre, pero otro no sé donde está, alzo la cabeza y me lo encuentro con una sonrisa en la mirada, e intenta coger mi gorra, pero no lo dejo, y el vuelve a salir corriendo.

Después de unos segundo vuelve, y esta vez yo le pongo la gorra de sombrero y el vuelve a salir corriendo «creo que me he quedado sin gorra. Bueno, no puedo correr, así que para qué estresarse.» Pero el niño con mi gorra vuelve, se la quita, me la da, sonríe y se va. «Bueno, parece ser que la madre lo ha mandado pa’cá».

Se abre la puerta de la sala de enfermería… «¿Vienes para una cura?» , me pregunta una ATS (supongo) al verme sentado. Ya asiento y me hace pasar… apenas hablo, pues las otras veces me curó un tal H, pero esta vez es una señorita que no sé aún cómo se llama. Apenas salen mis palabras, y ella me pregunta por mis pies, porque no sabía nada. Le explico lo que me había pasado, y comienza a descubrir mis dedos gordos, y se sorprende al ver, porque aún tiene, uno de los dedos, un aspecto terrible…

Mientras hablamos poco, ella procede al ya ritual de cura, y yo me limito a observar… sin duda, una mujer sabe hacer ese trabajo mejor que un hombre, y me trata con absoluta delicadeza, y en todo momento procurando no hacer que arranque el mango del asiento de tanto tirar del dolor que a veces he tenido que aguantar, tengo la mal costumbre de no quejarme, y aguantar.

Ella va más lento que él, pero realiza finalmente un trabajo más perfeccionista que él, era la segunda vez que lo hacía, y realmente me gustaba como lo hizo… pero por increíble que pareciera, aún no sabía su nombre.

Para ella era un paciente más, para mi era la ATS que no me hacia casi llorar del dolor, nada más, tal vez la proxima vez le pregunte por simple curiosidad.

Despedida. Yo dolorido, y me da cita para el proximo día. Camino lento hacia la parada del bus, la cual me había traído y me llevaría. Vuelvo a estado de trance, muchas cosas que pensar y ninguna clara, se me acaba la musica, y la cosa se complica…

Vuelvo a casa…

Mode: Thinking
Escuchando: Obie Trice – Outro feat D12