Dime cuántos años..

Desde pequeño, siempre supe que fui ser inferior, todos siempre, mirando por encima de montes propensos a señalar con el dedo. Ahora, el pequeño, ya no deja que tu dedo le golpee, rompo metacarpianos propensos,  a señalar algo para lo que no están preparados. Y levántome, cada día más fuerte, para vencerte, perfeccionando dementes entre mentes abiertas de cuajo y hachas sin afilados cantos. Jack quédose, petrificado a mi lado, verborrea a ambos lados, griterío, señal siempre del hecho antes del infierno… yo soy propenso, a tropezar con piedras cuando miro al cielo. Las mismas que ahora caen sobre tu cabeza. No me culpes a mí, culpa a la gravedad, que trajo mi don directo a tu cabeza. Y es ahora cuando la destreza ya no importa, tampoco, cuántas letras queden aquí expuestas, sin embargo el tesón durante años pronto serán ¿cuántos? ni recuerdo mi carrera, ni siquiera por qué vengo aquí a vomitar o decorar letras… señoras y señores, no siempre la Luna es bella, pero el lobo siempre la aúlla a ella. Terco, igual que la piedra, siempre en mi caminar y mi tropezar, inevitable al más, odio que volver a levantar. Y no es más, que un ejemplo «de persón y tesón», hasta el derríbose de mis huesos, no encontrarás otra cosa que resistencia.

Y ante la falta de fe y la falta de creyentes, he creado mi propia religión, yo creo en mí como propio ser, único dispuesto a hacer, mediante hechos, para que exista tu ayer. Terco hasta la muerte, hasta que no me demuestres, terco hasta mi muerte, mientras yo siga viendo más allá de tu palmo de visión… porque «mi límite es el cielo, allá arríba puse mi listón»

PD: Dime cuántos años he de dejar aquí mis letras para que dejes de venir aquí a decirme que yo soy un escritor… si no siento ni pasión, tan sólo es texto, que sale por supuesto, para joderte. Así es la razón…

PD2: Cuando cumpla años blog dignense a felicitar… miren el primer post, esperen y dejen un comentario vacio… pero ni caso, como siempre, seréis vagos hasta para dejar un algo…

Mode: Yo tengo fé… en mí
Listening: Violadores del verso