Mirar la noche, pasar en la distancia, cuando no estás. Horas pasar, sin saber donde gastar, el tiempo, cuando no estás. Miles de minutos pensándote en besar. Desnudo ante el tiempo y tú, no estás. Enfrentado a la verdad, de los pensamientos que se pierden en soledad. Enfrentado a la maldad, de ver, como tu cuerpo ya no sabe cómo actuar. Cansado de luchar, ante la realidad que deseas cambiar. Cansado de andar, por desiertos y ahogar tus penas en el mar.

Sentir el pasar, de la vida, y desgastar, tu alma a la deriva. Dejar tu vida, abierta, arrancando puertas, y dejando pasar a cualquiera. Para observar, que la razón es que están tan fuera que será lo único que sabrán. Esperar. Entre silencios y silencios de salas donde encontraran más, donde caerán saciados y no podrán avanzar, donde aquel que desea conocer, conocerá. Donde el tiempo se pierda viendo letras perdidas aquí escritas. Todo, por la obligación de crear capas y capas. Todo por la pasión de quedar atrás, escondido tras el cristal. Todo para crear la marca que tu olvido jamás espera. Y sin embargo, no decir nada.

Miles de textos donde incitan a tu conciencian, a investigar lo que dejan. Miles de palabras, que dejan a tu imaginación, crear.

Y dejarte anestesiada. Anonadada. Con la boca abierta y con ansias. De devorar capa a capa, y pasar páginas. Seguir devorando, hasta terminar cansada. Creando un lazo de unión, entre estas palabras, y la realidad del autor que aquí las plasma.

Por hoy basta…

Mode: La virtud de la paciencia, es la recompensa del que espera.
Escuchando: Justin Timberlake – Cry me a River