Y el tiempo es pasar, para pesar, en los pasos que hemos de dar. Escribir cada noche, es peso de mi realidad, que me maltrae aquí para dejar el suspirar y poder dormir una noche más. No es verdad, que no quiera dormir, o no pueda, no es verdad que una preocupación sea la preocupación
Yo estoy en ese lugar… Puedes intentar, pedir ayuda para escapar, el tercer día pensar, que podrás cambiar… que te dejarás ayudar, y que podrás escapar de ti. Sabiendo que no es verdad, no te queda más que permanecer en ese lugar, romper las paredes para aumentarlo, y que parezca que es otro… ya no
Escribo, desde el comienzo hasta el final, en sueños y en versos, me como, tus textos, sin pretextos, te muerdo, y vomito de nuevo, letras en prosa y en odas, a la muerte de poetas que fantasean con ser lo que desean… mirar atrás, y ver un rastro de letras desde hace tanto, que no
Empieza, el primero de 24 días para decidir… debe ser, así… tiene que ser, así… Y se me agota hasta el aire, sólo de pensar… pero son 24, para saltar… preparar, un, cambio de vida, o por lo menos, intentar. Planear, progresivamente hasta colapsar, hasta perder la piel a tiras si hiciera falta, la voz
Ciclos de días que terminan… semanas que siguen su camino, meses que se pierden en mi olvido… años y años que se suman a mi vida, junto a un cuerpo que no me corresponde. Eterno dentro de poco, y lleno de ganas de gritar… romper esta cabeza por la mitad, mientras el sonido me termina
Con todo este tiempo que me sobra, con toda la vida que respiro y estos ojos que apenas permanecen vivos… obligados a mirar y mirar, a parpadear y parpadear… estas manos, arrastradas a teclear… nunca podrás. Hasta que deje de dejar letras… hasta que mate todas y cada una de ellas, porque están al borde