Déjalo ir, déjame ir… tiempo, déjate ir. Buscando en tus recuerdos y en mis neuronas muertas, perdido en a u s e n c i a s, allá donde se pierden las fuerzas. Levantas, como si toda la mierda, se soportara; luchas, aún viendo que las circunstancias empeoran. Te derrumbas, cada madrugada, envuelto en llamas,
Pisar… hasta el crujir. Mientras el camino viene y va, gritar. Estoy tras, el silencio, de noches sin sueño. Atrás, después del firmamento. Donde todo es negro. Y los versos, susurros. Y los sueños, besos. Y los besos, latidos. Y mis latidos, tus suspiros. Y miro, el horizonte, perdido. Y me dirijo, rumbo fijo a
Y el día se fue, el tiempo pasa, y los versos se colapsan, las neuronas cortocircuitan la red que las amasa. Pero aún así, no te marchas… No dejas los ojos bajar mientras tu mirada se pierde en recuerdos. He perdido el tiempo, en semanas iguales llenas de días eternos. He perdido al maldito tiempo
Es el sueño, el que ya no te quiere y te mantiene despierto… gritos de un eco, perdido en el silencio. Locos, envueltos. Hablando lenguas que ni sabemos. Estamos inventando un juego, para poder joderte y que no puedas temernos. Seremos, parte de tu cuerpo. Sin encuentro, todos durmiendo. Mientras el tiempo, se ríe en
Soy dolor, pero muchos no saben a don, como los aperitivos en forma de verso que me como, cuando tu y yo, no sabemos, pero, perfecto es, el verso, y el sabor, del conocimiento que me aleja de ti. Perdí, el lugar de la ausencia, de preguntas y mi, capacidad, para andar, va más allá,
Menos, y no es porque no quiero, pero vengo, encuentro, soledad en palabras cuando no encuentro… un mes en ausencia y no recuerdo, pero predico, al silencio, al hecho, al trabajo y al esfuerzo. No quiero lloriqueos. Dijeron, levanta entre la mierda y encuentra el placer del silencio. Camina bajo el crujir de huesos y