De atrás adelante, ante los desastres, como antes, en versos de sangre, desparramado por latidos. Bombeo de por siglos. Escondido, el silencio es el dolor del tiempo mecido, por tsunamis dirigidos. Desaparecido. Dejó letras en tu olvido, quedó perdido por distritos, dividido en trozos diminutivos, de carecidos sentidos sonoros, y actos vomitivos. Incomprensivo, abstracto y
Y abriré los ojos, para verte, cruzando el mundo para sentirme. Moriré ante la resignación de vivir sin amor. Siendo mejor mi propio olvido, que el de vos. Porque la vida muere sin latidos que muevan los besos que quieres. Y lo que nada cuesta, nada vale… Es el tiempo, el que ha de tener
Sevilla… trece de noviembre… el frío comienza a devorar a la gente… jaja, imbéciles, creen vivir, pero ya anda muertos entre la gente… otros, se, resisten, a ser, engullidos… ¿qué? camino, viendo gente enterrada bocabajo, con las tierra hasta la cintura y gritando… con flores en las piernas mecidas por el viento… la vida muere,
Retirado y en silencio, es la vida, en suspiros, lo que pierdo. En dos metros, que se hacen inmensos. Mientras el tiempo, en noches al descubierto, me consume, en noches sin sueño… Con tu sonrisa como espejo, grabado en el espacio; en la pared frente a mi tiempo, aunque la noche, me pase factura luego.
Mientras vivo el pasado, para encontrar tus besos… ando cavilando entre la ausencia de latidos y sonidos, entre mucho tiempo mientras todo carece de sentido… sin ti, conmigo. Ando perdido, haciendo cosas para distraer a mi olvido, mientras cada momento te vivo, y todo es por algo… y todo lo que quiero, está lejos, en
He perdido los dedos.. con el caer del sueño… golpeo, a ciegas mi vida por dentro… y muero, perdiendo tus besos. En el camino del hombre recto, es soledad lo que encuentra en su universo… perdido en la nada, y creando más nada… enterrándose de fuera a dentro. La verdad, no suelo encontrar razón detrás