Guerra tras guerra

Son miles de resignaciones que me hacen morir… miles de impedimentos que me mantienen preso… no quiero dinero… pero la sociedad te apresa si no lo persigues… huyo, y hoy no quiero rendirme a lo que tu orgullo te dicte… imprimo versos en mi mente… y mientras suspiros se pierden, mi libertad desciende, me mira a los ojos… y se marcha al ver que mis fuerzas me abandonan para luchar…

Qué importa… cuando tu mierda de depresión te hace dar cuenta… y darás cuenta a que estás solo… y cuando una O es una A, la verdad es que ya no me importa nada… no lucho, por mantener amistades… porque aquel que quiera dañarme puede hacerlo sin que yo lo aprese… ya no sé… quién se empeña en dañar, daña… yo huyo y callo… ya volverán… y entonces me encontrarán, igual… lucha tras lucha… daño tras daño… depresión tras depresión… pero siempre latiendo… lobo ya sabe lo que ha hecho… y… no se siente mal por ello… lobo es así…

Ahora pídele a Dios que te ayude… y verás como tu dios te mira y se lava las manos… te mandará al carajo… yo y mi fe… incompatible… mi fe se perdió cuando mi camino se separó del resto y quise plantarle cara hasta a dios… y siento que pierde cada día… y que él intenta hacerme daño, pero yo no asiento… jamás daré la razón sin más… «borregos obedeciendo a lobos»… lobos que están cansados de sentirse masacrados… ya van años… escribiendo siempre y cuando es necesario…

Mi micro es un teclado… y mi voz es tu voz… mi sonrisa es mi arma contra gilipollas que me miran a la cara… mis sentimientos son refugio de mi caparazón de cuerpo… y mi dolor es mi vida… mi corazón es mi guía, mi mente, mi conciencia… mi mierda es mi mierda… mis problemas son mis problemas… y mis ideas son el poder para mover al mundo…

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Esuchando: Violadores del Verso