Condenado

Estaba sentado, mirando ensimismado, como la noche se me caía sobre los talones, me estaba preguntando, por qué era tan difícil dormir con los ojos cerrados, por qué me castigaban cuando sólo quería desaparecer un rato, y cuando lo hacía me despertaba sudando… me resignaba a dormir, y admiraba a la Luna por permanecer todas las noches allí, despierta, a veces visible, a veces negra, porque supongo que no siempre estaría feliz, pero ella, allí… siempre… despierta.

Y mientras seguía pensando, el mundo corría rápido y cuando sólo había inspirado había pasado medio día, y para cuando lo había soltado ya era otro día… necesito que alguien pare el tiempo en mi vida… coja esas manecillas y las retuerza hasta que les cueste decir un «tac»… que alguien secuestre mis suspiros, y que me mire a los ojos sin sigilo, que no tenga miedo de lo que soy, y de mis aullidos… y que poco a poco el hombre lobo quede libre de la maldición… de nunca poder quedar dormido.

Podría disfrazar mis ojeras, descoser mi boca, y aparentar ser perro que mueve el rabo para que le des de comer… pero mis dientes están afilados, y si no tienes cuidado, puedo morder, y la sangre me haría ver que lo que soy es lo que tiene que ser… puedo ser cruel, pero me puede… y lo dejo correr, los dejo correr, porque este lobo no quiere morder… y deja al tiempo correr para que ellos olviden…

Y entre la desesperación de querer matar al tiempo y a la vez quererlo hacer volar, es lo que no puedo controlar…

Mode: Lobo
Escuchando: Nada


One Comments

  • iNdigesta martes, 15 julio, 2008

    .
    .
    . . . Y tú has hecho que yo te relea.

    jiasjiasjiasjias

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