En silencio, hora tras hora, sin movimientos, viendo, como todo se mueve lento fuera, y rápido en mi cabeza… ella piensa en cómo abandonar este cuerpo que lastra, cómo librarse de esta carga, y vagar, por el mundo de la imaginación que nunca se cansa. A veces no salen las palabras y cuando se fuerzan,
Seremos objeto de conciencia, recorreremos recovecos entre nuestros recuerdos, violaremos leyes a diestro y siniestro, seremos perdedores entre campeones que se abrirán paso a golpes, porque somos seres soñadores, encontramos y perdemos la ilusión al instante pero la cuestión es que aquí estamos… y fracasamos. Nos hundimos en nuestro llanto y no sabemos de dónde
A veces la vida en sí es una prueba a superar… a veces, sólo el hecho de pensar qué haces en este lugar, o quién es toda esa gente que te rodea, te paraliza… te agobia, y te hace sentir muy débil y pequeño. Las acciones se relentizan en tu mirada, y flashes de circunstancias
Somos peones que creen pertenecer a cuadrados, blancos y negros, con líneas divisorias del terreno… nos encasillan en habitaciones, en pisos, en barrios, en pueblos, ciudades, países, continentes y ¿para qué? Nada de eso se ve, nada es real, pero pondrás rejas en tus ventanas para sentirte como en casa, sin libertad, cerrarás bajo llave
Un grito perfora tus sueños y pasan a la realidad, asustado te das cuenta que despertaste en la oscuridad, tienes miedo, y la soledad está en tu pleno derecho, tienes que volver y luchar y vencer en el mundo de los sueños. Después te preguntas por qué, sin saber, responder, y no tienes ganas de
Yo puedo escribir, tantas rimas que desistas a mí perseguir, ¿yo soy Dios y tú quieres llegarme a la suela metiéndote conmigo?, si tu no eres nadie, sólo imbéciles luchan contra reyes, sólo pésimos creen ser mejores que los que le metieron en esto. Yo, respeto, a los que me traen rimas nuevas a mi