Y se pierde el tiempo, pasa, y se va corriendo. Los años marchan, y tan sólo quedas tú como pilar. Siempre igual, siempre en pie, hasta que algún día caigas. Roto en lágrimas, hasta que tu cabeza alza, se de cuenta que así debió ser, o no hubiera habido camino. Los días siguen amaneciendo a
Besos se pierden en profundidad, recuerdos ya no son algo más, el pasado ya no te puede alcanzar, la oscuridad está tras tus párpados, la soledad, es un enemigo más, el insomnio, no te va a matar, y la vida, tan sólo una y no más. Tu nombre, mencionado tantas veces, e implicando a la
«La ciudad nunca duerme», las luces de la noche te acompañan, mientras horas pasan sin saber exactamente por qué… la voz pierde su fin, y deja paso a la voz que existe dentro de ti… vivir así o morir… resistir y levantar con miles de libros sobre tu vida, a tu espalda… levantar con ganas,
Todo se muere, te ves en el pasado inerte, entre dementes, perdiendo dientes, escupiendo sangre entre gente. Mirando al cielo y clamando que te lleve, con el rayo que se funde desde la tormenta más fuerte. Todo el tiempo girando por momentos, y la inactividad se abre paso como un poseso, preso y entre rejas
Supervivencia. Respira y respira, porque desde lo alto de la cornisa se siente la caquita, como el corazón golpea con prisas y como es más difícil hacer lo que decías. Salta, o si no, no te subas y grites que saltas, porque me acercaré a ti, y en vez de convencerte a poner un pie
¿Y qué quedará tras tu vida? Tantos días… perdido a la deriva… crear es lo que te queda, cada día letras nuevas, serás lo que decidas, y tu vida, será como quieras que sea. No lucha el que no tiene ganas, por ello cada día es más complicado mantenerse fuerte, siempre con la cabeza alta.