Un tremendo dolor… de cabeza y de corazón bajo una tímida voz que rompe mis lágrimas en el abismo de mis ojos… un tremendo dolor que me deja sin respiración, sin voz, sin pensamientos buenos y sin latidos por los que continuar escribiendo… intento continuar… intento desnudar mi alma, mi mente se satura de calmas,
Tras 5 años con «yerros» surcando mis labios… tras miles de gotas de sangre, tras cientos de gomas que retenían mi boca… ahora, libre de ella, no sé como usarla… a mí me costaba, hablar, me dolía y me cansaba… ahora, no sé como evolucionar, ¿callado o normal?, prefiero el silencio fuera, el caos dentro
Poco a poco vas sintiendo el dolor… lágrima a lágrima surcando tu voz… poco a poco tu corazón se encoje y ya no sabe cual es su misión… poco a poco la lluvia cae dentro y tus ojos claros, ya no muestran dolor… no tengo nada que decir porque el sólo hecho de hablar no
En la noche escribo yo… desnudo ante la respiración… suspiro, y mojo mis dedos en mi cerebro para teclear lo que pienso… veo, mientras tecleo, el mundo en movimiento alrededor mío y vuelvo a recordar aquellos momentos en los que mis ojos se quedaron fijos y pararon ese mundo para que yo observara lo que
Nos quejamos de vicio… hasta yo termino pareciendo patético, a veces, y muchas, sólo de pensamientos negativos, que finalmente terminan reflejados aquí… a veces, mi incapacidad por mantener conversaciones con la gente, o terminar por parecer como si el tiempo se detuviera, mi mente se saliera de mi y me observara allí aguantando en un
Sin un hueco donde sentirme lleno, pleno… me siento de invitado delante del teclado, alejado, de la comodidad de mi santuario… raro, me siento, con los colmillos deseando de morder algo, defensas por lo alto, esto es la calle, y si caigo llegan los carroñeros y te comerán aunque te encuentres agonizando… yo puedo ser