Comienza el día… vida queda perdida en mi visión imaginativa. Descriptiva, mientras tu cuerpo se mueve por inercia. Tus días se duplican y triplican, cuando, todo queda reducto de un fin. Mi final será de incredulidad, ante la realidad que se me mostrará tal cual. Tras creer que lo que yo mal pienso, es terriblemente
Hay veces que respiro, hondo, e inspiro, cierro puños y miro, me muerdo la lengua y me tranquilizo… hay veces que intento ser, educado y no llegar al extremo, no quiero explotar, porque no quiero dañar, pero es que a veces resulta inevitable. Todo es, que miras a tu alrededor y ves incompetentes rodeándote, seres
El acábose, empezó con el levantamiento de cadáveres, es menester, saber qué, no busco fama ni pasión con resortes, no idolatro mi rima ni mis letras, escribo a veces por odio hacia la Tierra. No siento pasión por esta condena, pensar y pensar y quedarme solo inmerso en mi soledad, pero ella no tiene culpa
Cada final de mi día despierto y el reflejo en el espejo me indica. Mi día termina con el empezar de un nuevo día; mi vida, pasa de sueños, a melancolía. Y el tiempo no espera, no mas que tú desesperas, cuando besos no llegan, y latidos laten con fuerza, rompiendo distancias entre tu cuerpo
Retirado y en silencio, es la vida, en suspiros, lo que pierdo. En dos metros, que se hacen inmensos. Mientras el tiempo, en noches al descubierto, me consume, en noches sin sueño… Con tu sonrisa como espejo, grabado en el espacio; en la pared frente a mi tiempo, aunque la noche, me pase factura luego.
Entre los recovecos de los recuerdos, estrangulando pensamientos, metas y proyectos, los versos quedan desplazados por aquel sentimiento, presos del delirio que poco a poco me hace sentir muerto, sin importar un tercio ni la mitad de lo que tengo… dinero, maestro de condenados a los que no nos importa su poder, y el daño