Sueño, cada día, cada noche… pienso, en el ayer, el ahora y el mañana… cierro los ojos y te busco, me paso días corriendo para terminar agotado sin ti. Más allá de la soledad, no te encuentro, entre latidos de mi corazón con eco… mis voces me gritan tantas veces necio, que casi al despertar
Escucho, latidos en arritmia mientras mi mente imagina. Eso, sí, podría ser vida. Todo, lo que siempre quise, después de un camino con tantas espinas. Me dejé la sangre marcando el camino, y tengo mal cosidas mis heridas. Tengo cicatrices de por vida que en mi espejo busco desde la más grande hasta la más
He perdido, la soledad del tiempo… el silencio de un suspiro, y la luz de la noche… he, dejado latidos en hielo, y el aire, sólo ha hecho salir. De rabia, a gritos, he maldecido, cada noche, que sintigo, me he despertado. No he dejado nunca de perseguir lo que siempre he querido… y no
Cerrado, junto a soledad y silencio, es siempre lo mismo, tras los días… tu vida en espera, para ese respirar que te devuelva, la vida… esa falta de aire nuevo, después de tanta espera, que es capaz, de dibujar, una sonrisa… y nadie más puede… Por eso, no es mejor lo demás que la espera…
Puedo soñar, despierto mirando la noche, pensar, y buscar, entre recuerdos hasta encontrar-te, ver, más allá del futuro en mi pasado… y volver después del parpadeo, con un suspiro que se escapa, cuando de vuelta, no te veo. Me veo, en el espejo, tras insomnio de noches que me deterioran haciendo eterno el tiempo, sintiendo-te
Me encuentro, en noches, de viento… sentir estos dedos, fluir por dentro… poco a poco mientras pienso, en todo aquello que fue, y ahora ya no tengo. Los años pasan, el tiempo perdona, y el lugar, se ocupa; cada cual, en su sitio. Sin más, que versos, que escribo, me doy cuenta que pervivo, sobrevivo,