No tengo dos… Lo que soy es lo que ves. Pero ¿qué ves? ¿Lo que ves, es lo que soy? ¿O soy lo que soy, aunque no lo veas? La moneda, no tiene, dos caras. Las personas pueden, tener su cruz. Es con tiempo, que eres una, y ya no importa, lo que decidas de
Y es más allá del agotamiento a lo que puedo llegar… estremecerme por ver y observar, por ver más por dentro que lo que me muestran por aspecto. Y es que entro dentro, veo más allá de tu piel y encuentro… encuentro a veces mal, a veces bueno… encuentro personas que merecen la pena escuchar
Fuera de control, mi cuerpo se abandona al no conciliar sueño… atravieso puertas en busca de mi interior y encuentro un niño acurrucado que habla en bajo… de pronto todo se apaga y sólo hay un llanto… despierto y arrastro a mi cuerpo hacia algún lugar… no sé dónde me encuentro ni me importan muchas
Y es que la imposibilidad de explicar es mi frustración natural, desisto antes de dar más cabezazos contra la puerta, me iré y daré una vuelta, maldiciendo al mundo por tal y por cual, sabiendo en el fondo que él no tiene culpa de nada. Y tras el fondo tú sólo ves el ego de
No puedes ser la imagen prefabricada que tengo de ti. No puedo no creer en mi imagen prefabricada de ti, no quiero conocerte, ya tengo un conocimiento inventado de ti… loco, esquizo, demente… ¿qué más da? Si voy a desaparecer, y ya no sabrás más de mí… si yo ya no sé ni lo que
Tras un día duro, me da igual con lo que me vengas, ya me da igual… tal vez lo que yo quiera no sea posible, demasiado sencillo, y a mí lo que me va es hacerlo complicado… saturado, acabo, después de un día largo… ya no importa, todo es relativo, he olvidado lo que sentía