Calla, calla…

Lluvia y lluvia, cae y cae, y me empapa hasta calarme, hasta empaparme… silencio, miradas, lunas que se alzan… ojalá pudiera escapar… ojalá… si supieras todo lo que por mi cabeza pasa… pero se calla, me callo, porque ya no me apetece hablar… letargo de palabras que se atragantan, se ahogan y se digieren… calla, 

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Ni un respiro…

He vagabundeado por las calles por las que tú has estado… he recorrido bares sin estar borracho, he perseguido tu rastro olfateando con mi deteriorado olfato… he hablado como loco mientras me balanceaba de un lado a otro, y gritado a paredes y contenedores que nunca supieron la culpa que tuvieron para recibir tales gritos… 

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Pintando paredes…

El tiempo se me agota, mi cuerpo se deteriora, mi imagen en el espejo se distorsiona, y mis ojos lloran… debo hacer lo que debo hacer… debo, debo y debo… y lo que quiero es escapar de mí, salir corriendo y surcar mares hasta el otro lado de la tierra y desaparecer del mundo en 

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Perdido…

Aún recuerdo, mientras te leía inmerso en verde, en aquella sala antigua de informática que ya está desaparecida… yo aún no sabía cuantas cosas pasarían, cuanto nos pareceríamos pero yo te entendía… escondías mucho con tus pequeñas botellas perdidas… después de unos años ya casi te conocía, y después de verte me asusté de la 

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Tiempo…

Entre sueños, yo pinte las estrellas en el techo de mis pensamientos… entre sollozos, yo dejé que mocos, saliva y lágrimas se convirtieran en agua de mar… una tristeza se escapa cuando suspiro, y mi alma se marchita mientras ando poco a poco hacia la libertad… suelo no tener razón y un gran problema en 

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¡Ya!… no hay tiempo para pensar…

Y después de poco tiempo, vuelvo… me encuentro desierto, rodeado de lágrimas saladas que no pertenecen a mi mar, y siento, como si mi sal no tuviera su turno y me hubiera quedado deshidratado… mi corazón escuchimizado, mi cabeza al borde del despegue, y mis pies clavados en el suelo… eres fuerte porque no te 

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