Keep writing yourself…

Sentir poco a poco el abismo, ese grito de ahogo, al despertar que te rompe, y no puedes evitar… destrozarte nada más empezar, para saber, que hasta en sueños, la buscas sin parar. Odiar, despertar, con la pérdida irreal, pero sentirla tal, que no las puedes parar.

Es increible, lo débil que es uno, al despertar, en otra realidad, y ver, que el sueño es apenas un espejismo que te ha traicionado, pero que te hacer recordar una y otra vez lo sediento que estás… impotencia.

Pasas el día, intentando degustar el tiempo, viviendo, perdiendo, levantando… luchando, no pensando. Pasan caras y caras por mi mente, P delirando conmigo, M acompañandonos en nuestras dosis matutinas de café… con J comiendo al solito, y hablando de temas candentes como el trabajo, la vida del investigador, o la crisis, tanto ella como yo queremos trabajar, pero al menos con dignidad, y por ello luchamos… las conversaciones con C2, mientras intentamos ver clases de Física y echamos unas risas… la visita a unos amigos, P y A para salvar su ordenador, y llevarselo al día siguiente… C3 que te cuenta como su trabajo de toxicología puede salir en una revista científica, y tú que te alegras por él mientras amigos lo felicitan (esa cara no era de «soy mejor que tú» sino de «soy, feliz felicitame!«)… F que te lo encuentras en la biblioteca, estudiando a las 9 de la noche, y M que te salva y saca unos libros porque te enteras que el lunes tienes un examen parcial y no has empezado a estudiar… y finalmente ella, que entre rato y rato te anima y te acompaña como voz que realmente te calma, y que evidentemente, echas de menos.

Mis días, pensándolo bien, no están mal… ¿no?

Pd: ¡ah! y entre tanto y tanto, hasta trabajo!
Mode: The social me
Listening: 20 seconds to mars